Autopsia combinada

Este post aúna las autopsias de todos los poemas que he colgado en los últimos tiempos y que no tienen autopsia. Lo cierto es que me estoy planteando, por no decir que he decidido, dejar atrás el estilo de autopsia que llevaba practicando hasta ahora y pasar narrar sencillamente las cosas tal y como me vengan. Sea como fuere espero que les guste, es bastante conciso y ligero. (1 página)

Para todos a excepción de Ángel sin alas y Voces de sirena: Hace poco una relación que supongo podríamos definir como de amor, que llevaba formando parte íntegra de mi vida tocó a su fin, lo que representó un duro golpe para mí. En realidad un golpe no es la mejor palabra para definirlo, un golpe es algo sorpresivo, un dolor intenso y repentino del que se recupera uno lentamente. En este caso me vi aquejado por una suerte de veneno o enfermedad que me ha ido sumiendo en un estado de creciente desasosiego y una ligera amargura. Un dardo envenenado sería, quitando cualquier connotación de traición que pueda tener la misma, la expresión más correcta. Matizo el asunto de la traición porque nada tengo, ni puedo tener en realidad, contra la chica, buena amiga pasada y presente, ni su decisión, acertada como poco desde cualquier perspectiva racional. En cualquier caso es en ese “abandono” donde tienen su génesis última los poemas mencionados, en los sentimientos de soledad, amargura ligeramente superior a la media, y un tanto oscuras perspectivas de futuro.

Oda a un origen, añoranza: Dentro del contexto anterior, me encontraba yo, y esto iba a exponerlo con mayores artificios y hasta con un cierto espíritu de broma pero ahora me parece fútil, viendo pornografía cuando me dio por añorar guardaré para mí el qué. El caso es que en ese momento se me ocurrieron las primeras estrofas y escribí el poema.

Noches de sexo sin sentimiento: Estaba inquieto y con esa sensación de tener un poema en la punta de los dedos cuando, mientras leía el final (no propiamente el final sino la fracción última) del libro Invisible, de Paul Auster, vi la sombra de mis pies a pocos centímetros de mis propios pies, sobre la pared junto a la que se encuentra el sofá en el que estaba leyendo. Aún con lo extraño que pueda parecer me vino la imagen descrita en el poema: cuerpos de sexo candente que se dice ausente a todo sentimiento, y sombras que expresan la realidad que subyace tras sus acciones y sus falsas palabras. Si a alguien le parece una confesión de arrepentimiento por acciones pasadas con la chica en cuestión, se equivoca, arrepentirse es inútil procuro no hacerlo nunca. Es una mera declaración y descripción detallada de una de las muchas muestras de mi estupidez.

Para Ángel sin alas y Voces de sirena: Les he dado bastantes vueltas, pero francamente no alcanzo a descifrar de qué tratan exactamente esos dos poemas, son una cadena, en algún sentido hablan incluso de lo mismo, pero no termino de discernir de qué hablan exactamente. Es curioso como a veces uno mismo pone sentimientos que desconoce sobre el papel y, aún sobre éste, es incapaz de terminar de comprenderlos.

Y hasta aquí las autopsias de los poemas de este último mes. Espero que os hayan agradado. Tratad de tener un buen verano aún a pesar del extraño tiempo que está haciendo.


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