Sin mayor dilación ni demora la autopsia del poema que ayer leíamos. En domingo aunque sea poco ortodoxo, pero lo de los días es ya, mucho me parece, un mero recuerdo de otros tiempos (1 página)
Historia: Lo cierto es que ya llevaba algún tiempo, un par de días o algo así, pensando en escribir algo del estilo. Ayer fue sencillamente el día en que me puse. La idea original se pervirtió a lo largo del proceso de creación, pero en líneas generales podríamos decir que la inspiración me viene de estar instalado, mi ordenador al menos, en el garaje de mi casa y la luz entra, no con demasiada intensidad pero sí en una cantidad relativamente satisfactoria, a través de una ventana que queda a mi espalda.
Nacimiento: No sé muy bien en qué punto un poema que pretendía hablar de la búsqueda de la sabiduría y de los palos que se lleva uno en el proceso se convirtió en un tema de amor, riesgos, heridas y felicidad relativa. Supongo que tiene que ver con que todo el mundo que conozco está pasándolo mal con la pareja, con la ex-pareja, o con la ausencia de la primera. Obviamente decir todo el mundo es exagerar ligeramente, pero el número de quejas y lamentos acerca de todos estos temas sí lleva un tiempo en franco ascenso. Una pena que no vendan acciones de este tipo de cosas.
Por lo demás el proceso de escritura no se me atragantó demasiado, como siempre alguna que otra estrofa se resistió un poco, pero nada digno de reseña. No estoy particularmente satisfecho con este, pero lo cierto es que hace ya una temporada relativamente importante que no lo estoy con nada. Supongo que tras atravesar una época en la que te sale todo algo mejor uno empieza a esperar quedarse en esos estándares, y a veces pasa, pero otras no. C’est la vie
Curiosidades: Este poema tiene unos de los versos más largos que haya escrito en bastante tiempo. No sé decir si eso es bueno, malo, o simplemente es. El caso es que me sorprendió a mi mismo mientras lo escribía.