Aquí tenemos la autopsia del poema del viernes, como cada sábado, este es el segundo de los poemas que escribí la tarde de la que os hablaba en la última autopsia. Si bien el resultado ha sido algo peor, el recorrido que tuvo el poema ha sido algo más largo. Espero que disfrutéis con la historia detrás del poema. (1 página)
Historia: Este poema lo empecé hace ya cosa de un mes, probablemente algo más de tiempo, tras leer Psiconautas, una novela gráfica, o cómic, nunca he sabido diferenciarlos demasiado bien, que me agradó y me inspiró moderadamente. Así pues empecé el texto entonces, y quedó aparcado cuando contaba con apenas un par de estrofas. Más tarde lo borré, ya que cuando pasa cierto tiempo desde que se empieza una obra, ya es muy difícil terminarla de forma que el resultado sea aceptable. No obstante, cuando me encontraba en la esta semana omnipresente cafetería, lo encontré en mi pen drive y me decidí a terminarla, con el resultado que ayer veíamos. Ni mi crítico, que vio en seguida el corte entre las dos partes del poema, ni la princesa sin flor, a la que debería buscarle una aunque sólo sea para no tener que escribir tanto cada vez que la quiera nombrar, ni yo mismo, quedamos satisfechos con el resultado, aunque fue la princesa sin flor la que me dijo lo más interesante sobre el tema, en el que profundizaré más adelante.
Nacimiento: La imagen original de la que partí para escribir el poema es la muerte, ya casi al final de la obra, del protagonista, es la imagen que aparece en el estribillo y en el título, el pájaro que vuela en mitad de la lluvia y cae fulminado de un disparo. A partir de ahí uní un puñado de imágenes de la obra: la enamorada que pide irse con el pájaro, el lugar en blanco y negro, la niña que sueña con un beso, con una mitad de lo que personalmente me transmitió la obra, que no tiene que ser necesariamente lo que expresa realmente, y la temática de los sueños y la esperanza que estaba tratando aquella parte, amén de una pizca de mi imaginario personal.
Por otra parte en esta obra encontramos uno de los elementos que a la gente que me conoce más suelen impactarles, la llamada de la eterna esperanza. Tengo por costumbre terminar los poemas sobre esperanzas que se rompen y sueños absurdos, con la idea de que pese a todo se debe siempre seguir soñando, de los poemas que hay colgados en el blog quizás sea el caso más representativo Nostalgia; una canción de la infancia. Como decía antes esto suele impactar a la gente porque si bien sí se refleja en mi poesía, esta idea no suele estar entre las que verbalizo con asiduidad.
Por último, como ya adelantaba en la historia, la frase que me dijo la princesa sin flor fue que los poemas que se inspiraban en obras de otros autores más que en la propia experiencia o en sentimientos estrictamente personales solían quedarme siempre algo más pobres. Esto me hizo venir a la mente la definición de arte decadente que una vez me dio Monti: Arte decadente es aquel arte que se inspira en el propio arte. Pues bien en ese sentido aquí tenemos un poema decadente.
Curiosidades: La última estrofa que escribí fue la tercera (los versos sueltos no cuentan como estrofas) con la intención de mejorar la cohesión del texto general.
La imagen de las sombras que buscan secuestrarnos de la segunda estrofa me vino a la mente al recordar brevemente otro poema, en el que la parca ganaba en una puja contra la vida el alma de la gente.
Y hasta aquí la autopsia de este sábado y el final de la semana. Espero que todos hayáis tenido una maravillosa semana, yo por mi parte creo que he batido mi record personal de links en un post.