Sé que esto llega un poco tarde, pero ayer el servgidor estuvo caído y no pude publicar esto, lo publico con fecha de ayer por el mismo motivo. espero que tengáis una buena semana y que disfrutéis de la autopsia. (1 página)
Y justo cuando esta semana no podía ir mejor resulta que se cae el blog y a mi me da dolor de muelas. No sé a cual, pero esta semana santa a algún santo maldigo considerablemente. Sea como sea y cuando sea, porque escribo esto el viernes noche pero no se cuando lo podré programar, aquí tenéis la autopsia del poema de ayer. Espero que os guste.
Historia: La historia detrás de este poema es bastante sencilla. Salí un día de mi casa con la intención de airearme y a ser posible inspirarme, para poder así escribir algo. En estas que fui a desayunar a una cafetería, y allí le estaban dando a una pareja una charla para meterla en un timo piramidal. Lo gracioso, para mí al menos, del tema, es que no era un elaborado timo piramidal del que yo me di cuenta por mi gran inteligencia, que va, era el timo piramidal clásico, tú traes a gente y por cada uno nuevo que esa gente traiga te llevas una comisión. Desde ahí la imagen del buitre vendiendo la sangre de personas desesperadas pues ya vino sola. En cualquier caso, como se suele decir, la inspiración está en todas partes, si se sabe buscar, y ser un poquito cínico también.
Nacimiento: A partir de ese punto el poema fue evolucionando de manera bastante normal. Si bien en un primer momento resultó un tanto más racional de lo debido, terminando por ser más una explicación de en qué consiste la estafa que una forma emotiva de tratar la situación y criticar al estafador. Por ello tuve que terminar por eliminar una estrofa, que hubiera sido la penúltima, y sustituir la tercera, demasiado descriptiva del proceso, por la que hay ahora, un poco más sádica quizás. En cualquier caso me encontré en esa tesitura en gran medida debido a que no estamos hablando de un poema estrictamente emocional, si no de intentar plasmar algo percibido racionalmente, en forma emotiva, lo cual tiene ciertas complicaciones inherentes al proceso.
Curiosidades: El título del poema es en realidad el tercero que tuvo. En origen se titulaba a una estafa piramidal, luego pasó a llamarse brevemente tres desgraciados en un bar. No me convencía en absoluto, y el juego de sentido con la palabra desgraciado era bastante estúpido, pero era un paso hacia alguna parte. Por último pasó a titularse en un desierto empírico, título definitivo, básicamente porque decidí dejar de intentar apelar tan directamente al hecho real y ceñirme más al poema en sí mismo, que creo que se explica bastante bien solo.