En un desierto empírico

Primer post en varios dáis que programo el día de antes, esto de estar enfermo es un rollo, no me extraña que la medicina se haya hecho tan popular. Como todos los viernes aquí tenemos un relativamente hermoso poema que espero os guste (1 página)

En un desierto empírico

Un hombre camina por el desierto,
Mientras el sol de la pobreza pende sobre sus sienes,
Un hombre que repta exhausto y sediento
Mientras se abrasa la piel con la arena candente.

Le sobrevuelan los buitres,
Los ibis y los cuervos,
Alas de negro enlutado y triste
Y el aguzado mirar del usurero.

Se posa uno de ellos frente al hombre agonizante.

El buitre le pide su sangre,
Un poco de tuétano,
La estupidez de un ignorante,
Y la fe incrustada en los ojos del huérfano.

Y el hombre bebió
De la sangre de sus amigos,
Y de la de tantos otros estúpidos
La sangre de aquellos a quienes convenció
Y la yerta carne de los caídos.

Un buitre guiña un ojo al poeta.

Los hombres beben sangre
Sangre que llama a sangre prestada,
Sangre del codicioso y del desesperado,
Sangre del sediento ansioso por saciarse,
Sangre que ni entra ni sale, sangre estancada,
Como mentiras al final de un cuento adulterado.

Todo ello quedó atrapado en mi retina
Una nublada mañana primaveral
Mientras yo callaba, miraba y comía,
Desde lo profundo mi metafórico mirar.

(19/04/11)


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