Este poema se lo dedico a mi mayor admiradora, una de las pocas personas que debe de disfrutar con mi poesía, y una musa sin parangón, va por ti «mi» rosa. Espero no obstante que os guste a todos.
Garras de la bestia de madera
La bestia que atenaza las entrañas
Sonríe con dientes de madera
Y se deshace en limpias carcajadas
Mientras enarbola la intangible cabellera.
Si la encuentras esculpiendo sombras
No compadezcas su figura de niña,
Si atisbas su mirada oculta tras las comas
No te crispes por su mirada altiva,
Si encuentras su níveo ser tendido en tu alcoba
No te dejes atrapar por su frugal esencia lasciva.
La bestia que atenaza las entrañas
Sonríe con dientes de madera
Lanzando miradas con sus cuencas despobladas
Y sonrisas que huyen como tejidas en arena.
Te siento mirarme en las sombras
Y abrazarme en la frontera del sueño,
Me colmas con el aroma de tu piel serena
Mientras en la vigilia te burlas de mi poesía rota,
De mis pueriles silencios y mis anhelos,
Ninfa vestida con el alma del poeta.
Acechas y ríes, y ¿por qué negarlo? juegas
Juegas con tu figura de niña
Juegas al amor y te entregas,
Te entregas con tu mirada altiva
Te entregas sin compromiso y vuelas,
Vuelas lejos de mí con tu frugal esencia lasciva.
Por ello desconfío de quien talla palabras de amor
De los siempre, de los todos, y de quienes darían la vida,
Desconfío de los entusiastas, los altruistas de buen corazón
Y las niñas con miradas desinhibidas.
Pues la bestia que atenaza las entrañas
Sonríe con dientes de madera
Y el gesto burlón de la amada
Reflejado en la luna llena.
(14/04/12)
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